Collares de castigo
Hoy hablaremos de un tema controvertido, los collares de castigo, como herramientas de adiestramiento. Espero poder expresar adecuadamente todo lo que quiero que entiendas. Pero sobre todo es una reflexión que llevo tiempo pensando y que debido a acontecimientos recientes, necesito exteriorizar.
Atención! Hoy hablaremos de un tema controvertido, espero poder expresar adecuadamente todo lo que quiero que entiendas. Pero sobre todo es una reflexión que llevo tiempo pensando y que debido a acontecimientos recientes, necesito exteriorizar.
MI PERSPECTIVA SOBRE EL ADIESTRAMIENTO
El mundo del adiestramiento es muy amplio y con muchas variantes en la forma de trabajar y enseñar al perro. Pero se podría resumir en que existen dos tipos de adiestramiento, el adiestramiento clásico o tradicional y el adiestramiento en positivo.
A mí personalmente, no me gusta ninguno de los términos porque creo que ninguno describe correctamente las técnicas que siguen unos u otros. En ambos bandos se habla fatal del otro, uno sólo castiga y el otro sólo da chuche y mimitos. Nada de eso es cierto. Los que abogan más por el adiestramiento clásico no sólo utilizan aversivos y castigos, también refuerzos de todo tipo. Y los que trabajamos más en el lado “positivo” tampoco somos unos santos que sólo humanizamos a los perros. Sobre este tema existen infinidad de artículos y opiniones en internet que te animo a buscar y estudiar.
Cuando un médico te habla de medicamentos, no entiendes nada pero tampoco cuestionas su profesionalidad. Cuando un mecánico te habla de piezas del motor, aunque tengas una ligera idea de coches, no cuestionas su profesionalidad. Cuando tu fisioterapeuta te habla de músculos y nervios, tampoco cuestionas su profesionalidad. Pero en el mundo del perro, muchas personas creen saber lo que tienen que hacer con su perro, o porque lo ha visto en la tele o porque ha tenido perro toda la vida. Por supuesto eso equipara a años de estudio y experiencia en el sector. Obviamente no, la educación de un perro es mucho más complejo que premiar conductas deseadas y castigar las conductas indeseadas (deseadas o indeseadas desde el punto de vista humano, las necesidades de los perros las dejamos a un lado si a nosotros no nos conviene).
Pero yo quiero exponer de forma objetiva las razones por las que vosotros, los tutores/guías/dueños/familia de los perros, elegís un tipo de adiestramiento u otro. Es decir, como nos vendemos y ofrecemos nuestros servicios, y que tenéis que saber para elegir. Obviamente al final de este artículo, daré mi opinión sobre ello y cual creo que es la mejor opción.
¿QUE ESTAMOS VENDIENDO LOS ADIESTRADORES?
Pensemos en ese momento de indecisión ante la compra de artículo. Por ejemplo, un ordenador súper moderno, con todas las novedades en tecnología. Sabes algo del tema aunque no eres un experto. Tú como comprador, tienes dos opciones fantásticas en diferentes comercios. Las dos aproximadamente del mismo precio. En uno de los comercios te lo llevan a casa, te lo enchufan, te instalan los mejores programas y te explican cómo se enciende y como se apaga. Fácil, rápido, sin demasiado esfuerzo. El otro comercio tienen el mismo ordenador pero ellos no te lo llevan ni te lo instalan, por el contrario en este comercio te ofrecen un completo curso donde te enseñan a manejar los programas, y además a resolver posibles problemas futuros. Esta opción es más lenta, laboriosa, y el final del proceso va a depender en gran medida de ti, de cómo asimiles esas enseñanzas.
Desde mi punto de vista el adiestramiento es más o menos así. ¿Puedes identificar a qué tipo de adiestramiento se corresponde cada comercio?
En el adiestramiento clásico, te dan una solución rápida y fácil de entender. Si tu perro hace algo bien, premiamos. Si hace algo mal, castigamos. Esto es muy fácil de entender y de llevar a cabo.
Y seamos honestos, ¿esto funciona? Si, funciona PARA TI! Si tu perro tira de la correa, con unos buenos tirones de esa correa y un collar de pinchos, un perro listo dejará de tirar de la correa, dejará de manifestar esa conducta para evitar el castigo. Es decir, inhibiremos una conducta a través de aversivos (estímulos desagradables) y el paseo será más agradable para ti. Hace tiempo un hombre me conto que su perro ladraba mucho por las noches, su solución fue sencilla y rápida. Le puso un collar de descargas eléctricas, que se activaba con cada ladrido. El perro en una noche dejo de ladrar, problema resuelto. Así que, si. El castigo soluciona TUS PROBLEMAS, pero te lanzo una pregunta: ¿SOLUCIONA LOS PROBLEMAS DE TU PERRO? En esto entraremos más adelante.
De momento tenemos claro que el adiestramiento clásico, es fácil de entender, rápido de efectuar y además funciona. Todo son bondades. Pero te doy un beneficio más. El control. Como nos gusta el control. Saber lo que va a pasar nos da seguridad, tener el control de la situación y además sentirnos superiores, nos gusta, nos encanta, nos empodera. Y algunos adiestradores nos enseñan a controlar a nuestro perro, a dejarle claro que el que manda es el humano. Que no puede hacer nada sin que nosotros, sus amos, le demos nuestro consentimiento para ello. Somos los líderes y yo soy más importante que tú, perro!
Entonces, ¿cómo competir con una forma de trabajar que es fácil de entender, rápida de aplicar, que funciona y además nos empodera? La verdad, está difícil. Sobre todo cuando vienen explicando que el collar de pinchos es como el mordisco de su madre, que su cachorro va súper contento y que además hay muchísima gente en los grupos de adiestramiento.
Es como cuando el médico te recetaba tabaco para curar el asma en el siglo pasado. Si el médico lo dice será verdad. Pero ahora sabemos que precisamente bueno, no es.
Y que pasa con el tipo de adiestramiento o educación por el que yo me decanto. También tendrá sus bondades, verdad? Pues lógicamente para mi, SI.
Cuando viene una persona preocupada por su perro, para mí ya es una victoria, ya que esa persona se ha dado cuenta que no va poder ayudar a su perro sin asesoramiento. Así que primer paso súper importante dado.
Después hago muchas preguntas y evalúo la conducta del animal y también su estado emocional. Para mí es muy importante saber cuál es el problema de raíz, saber qué es exactamente lo que provoca esa conducta en el perro. No sólo me fijo en lo que hace sino en el motivo por el que lo hace. Así que de primeras, ya requiere de un trabajo quizá más exhaustivo y de estudio del comportamiento de cada animal en profundidad. Y claro, esto hay que explicarlo. Cuando mis clientes vienen el primer día, yo les hablo de estado emocional, sistema límbico y sistema cognitivo, hablo de gestión del ambiente, de condicionamiento, de comunicación canina, de estrés. Cosas que es necesario que conozcan para entender a su perro. Y todo esto requiere de una explicación clara por parte del educador (que no siempre es fácil).
Además explico que puede que el problema del perro (incido en el problema del perro, no del humano) no llegue a solucionarse del todo. Para que esto funcione y podamos ayudar al perro, hay que tener en cuenta 3 pilares básicos:
- El educador o adiestrador y su forma de trabajar (por desgracia hay mucho intrusismo y personas que no saben haciéndose pasar por profesionales)
- el humano y su concienciación con el problema de su perro y sus ganas de ayudarlo.
- El perro
Si cualquiera de estos pilares falla, el adiestramiento fallará. Si esto sucede, los perjudicados directamente son los perros, pero indirectamente somos nosotros que no hemos “hecho bien” nuestro trabajo, o eso van a decir los clientes seguramente.
Así que sumamos los contras del adiestramiento “en positivo”: difícil de entender, efectividad menor del 100%, se requiere de una implicación total por parte del humano, es “lento” y además yo no te voy a empoderar sobre tu perro, yo te voy a hablar de equidad, de que tu perro es un ser vivo con necesidades y con emociones iguales a las tuyas y que no eres más que él por andar sobre dos piernas. Que tu perro no ha elegido vivir contigo, que tú has elegido vivir con él y por tanto tienes una responsabilidad sobre su bienestar. También te voy a hablar de autocontrol, no de que tú controles a tu perro, sino de enseñarle la capacidad de que se autocontrole en diferentes situaciones del día a día. Que tenga habilidades analíticas y deductivas, y que por tanto tome sus decisiones de forma consciente, sin esperar nuestro consentimiento o nuestra orden. Para mí un perro (aplicable a humanos también) sobre el que ejercen mucho control, es una bomba de relojería que en cuanto note la falta de ese control externo, va a explotar.
Pero entonces ¿porque deberías elegir el adiestramiento en positivo y no el tradicional? Para mí hay una razón clara que ya he repetido en numerosas ocasiones a lo largo del artículo, por el que decidir cuál es el mejor tipo de adiestramiento para ti y tu perro:
¿QUIERES AYUDARTE A TI MISMO O QUIERES AYUDAR A TU PERRO?
Efectivamente, yo no soluciono los problemas de los humanos sino los problemas emocionales de los perros que afectan lógicamente en la convivencia y en el bienestar de ambas partes. Por supuesto voy a tener en cuenta lo que el guía quiere y necesita. Es igual de importante satisfacer al perro que al humano, pero la realidad es que en el momento en que ayudas al animal y solucionas los problemas emocionales del perro, también ayudas al humano. Y además le das herramientas y conocimientos para que en un futuro, si surge algún otro problema tenga más claro como poder solucionarlo por el mismo.
Volvemos a los dos ejemplos anteriores, el perro que tira de la correa, y el perro que ladraba por la noche. En el primer caso, vamos a evaluar por qué el perro tira de la correa ya que pueden ser muchas causas y cada una tiene una solución. Puede que tu perro tire de la correa por que tiene ganas de llegar al parque, porque tiene miedo, por un mal manejo de correa, por frustración, etc. Y resulta que ninguna de las causas nombradas se soluciona con castigos físicos. Así que si le das tirones a tu perro por que tira de la correa, ten en cuenta que puede que deje de tirar de la correa pero será para evitar el dolor, no porque su problema esté solucionado.
Y el caso del perro que ladraba por las noches, resulta que también funcionó. Yo me hubiera preguntado qué le pasa al perro para que no pueda descansar y esté en un estado de alerta constante. Lo primero que me hubiera venido a la cabeza es problemas de visión y miedo, sin haber conocido al perro. Si mi suposición es cierta, ¿crees que el collar eléctrico realmente le ha ayudado a mejorar su visión o a no tener miedo de la oscuridad? Después de los castigos por descargas eléctricas tiene más miedo del dolor y por eso ya no ladra, pero si antes tenía miedo de algo aun no identificado por nosotros, ahora le hemos sumado un miedo más, y por tanto hemos empeorado el estado emocional del animal. En este caso, la solución que yo hubiera recomendado no habría eliminado el problema de los ladridos en una noche, habríamos tenido que trabajar durante días con constancia y persistencia para ayudar al perro. Aquí es donde entra en juego la responsabilidad y la concienciación del humano con el bienestar de su perro.
CONCLUSIÓN
Todos (o casi todos) los que convivimos con un perro en casa, queremos muchísimo a ese bicho peludo. Disfrutamos de su compañía y sufrimos mucho su perdida.
Igualmente todos nos equivocamos continuamente, y no pasa nada. Hay que darse cuenta de esos errores y corregirlos. Todos tenemos la capacidad de rectificar y de aprender de diferentes fuentes. Todos tenemos capacidad de crítica. Lo que falta en ocasiones, desde mi punto de vista, es la empatía, es la habilidad de ponernos en el lugar de nuestro perro, pero de verdad. Intentad hacer este ejercicio, intentad realmente ver el mundo como ellos lo ven, a nivel de suelo, con una correa siempre atada, sin poder hacer muchas cosas por ellos mismo, y con humanos que determinan en todo momento su vida.
Fíjate que en ningún momento hablo de liderazgo, ni de alfa, ni de dominancia. No creo que esta sea la cuestión actual. No lo menciono en ninguno de los adiestramientos porque esa idea cada vez esta más rechazada y creo que el debate actual se va dirigiendo más en otra dirección.
Los perros son animales extremadamente inteligentes, y me da mucha rabia que en numerosas ocasiones se les trata como meras maquinas de crear conductas, cuando en realidad esas conductas tienen un pensamiento lógico y totalmente adaptativo detrás, y por supuesto esas conductas están muy relacionadas con el estado emocional y el aprendizaje. Exactamente igual, nosotros actuamos de diferente forma si nos levantamos con el pie derecho o con el izquierdo, si hemos discutido con nuestra pareja o nuestro jefe nos ha echado la bronca. Todos los acontecimientos que suceden a lo largo del día, de la semana y de la vida, afectan a nuestras conductas, emociones, y deseos. Ahora traslada esto a un animal inteligente y tremendamente parecido a nosotros como es el perro.
La historia de la educación canina tiene ciertas similitudes con la historia de la educación infantil. Hace muchos años, en el colegio te enseñaban a memorizar los ríos del país con una canción, y si te portabas mal, te castigaban con aversivos. Todavía recuerdo a mis padres hablar de los reglazos que les daban en el colegio con tan solo 8 años, por cosas como olvidar el lapicero en casa. Y cuando llegaban a casa y les contaban a sus padres (mis abuelos) que en el cole les habían pegado la respuesta era: “algo habrás hecho”.
Ahora se nos hace imposible pensar que un profesor pueda ejercer un castigo físico sobre los niños. Todos los padres conocen el “método Montessori” que nada tiene que ver con el castigo.
Mi deseo es que poco a poco la educación de los perros vaya precisamente en esa dirección, en la que se tiene más en cuenta el bienestar del perro, que nuestras necesidades. Y sé que para eso se necesita un trabajo pedagógico largo y constante. Así que si este artículo te ha gustado, te ha aclarado algunas dudas o te ha ayudado a entender mejor el mundo de la educación canina, COMPARTE Y DAME TU OPINIÓN.