5 Errores comunes para evitar con tu primer perro

Adoptar o comprar un perro por primera vez es un momento emocionante y lleno de ilusión. Pero también puede convertirse en una experiencia abrumadora si no estamos bien preparados. La llegada de un perro implica responsabilidades, decisiones y una convivencia que puede ser maravillosa… o muy complicada si caemos en ciertos errores comunes y frecuentes.
Como mentora de familias primerizas, he acompañado a muchas personas en este proceso. Hoy te comparto los errores comunes que se repiten una y otra vez en los primeros meses, y sobre todo, cómo evitarlos desde el principio para que tú y tu perro podáis disfrutar de una relación sana y equilibrada.
1. No establecer normas claras desde el principio
Uno de los errores más frecuentes es permitir ciertos comportamientos al principio “porque es pequeñito”, como subirse al sofá, dormir en la cama o mordisquear zapatos. Sin embargo, cuando queremos cambiar esas normas más adelante, nuestro primer perro ya ha creado hábitos difíciles de modificar.
✅ ¿Qué puedes hacer?
Decide desde el primer día qué comportamientos son aceptables y cuáles no. Asegúrate de que todos en casa estén de acuerdo y actúen con coherencia. No se trata de ser estrictos, sino de ofrecer claridad: tu perro necesita saber qué esperas de él para poder adaptarse con seguridad, sino quieres que haga algo, dale una alternativa equiparable en valor.
Además, recuerda que los perros aprenden por asociación. Si una conducta tiene consecuencias agradables, se repetirá. Por eso, reforzar las normas desde el primer día ahorra muchísimos problemas después.
2. Sobreproteger al perro en lugar de socializarlo
Es comprensible querer proteger a tu nuevo compañero, es tu primer perro, no quieres que le pase nada malo, especialmente si antes de adoptar ha tenido un pasado difícil o es muy pequeño. Pero evitar que conozca el mundo que le rodea por miedo a que se asuste puede ser más perjudicial que beneficioso.
✅ ¿Qué puedes hacer?
La socialización no es solo jugar con otros perros. Es exponerle, de forma gradual y positiva, a distintos estímulos: ruidos, personas, superficies, entornos urbanos y rurales, visitas al veterinario… Todo esto, hecho con paciencia y sin forzar, ayudará a construir un perro más seguro y equilibrado.
Los primeros meses de vida (hasta los 4-5 meses en cachorros) son una ventana clave para la socialización. Pero incluso si has adoptado un perro adulto, es posible seguir trabajando su adaptación con paciencia y acompañamiento profesional si lo necesitas.
3. No priorizar el entrenamiento desde el principio
Muchas personas creen que la educación se puede dejar para más adelante, cuando el perro sea más mayor o cuando aparezca algún problema. Pero cuanto más tardes, más difícil será corregir conductas ya adquiridas.
✅ ¿Qué puedes hacer?
Comienza a educar desde el primer día. No hace falta empezar con órdenes complejas: enseñarle a acudir a la llamada, sentarse o que entienda el significado de determinadas palabras (juego, comida, paseo…) ya es un gran comienzo. Estos ejercicios no solo dan estructura al día a día, sino que refuerzan vuestro vínculo y mejoran la comunicación.
Además, entrenar no significa repetir órdenes sin parar. Se trata de enseñar a tu perro cómo convivir en casa y en el mundo de los humanos, desde la calma, el respeto y la ciencia del aprendizaje.
4. Impacientarse durante los paseos
Los paseos suelen ser uno de los primeros grandes desafíos para un tutor primerizo. Es habitual que el perro tire de la correa, se bloquee, se excite demasiado o no quiera avanzar. La reacción natural muchas veces es tirar, regañar o frustrarse. Pero esto solo empeora la situación.
✅ ¿Qué puedes hacer?
Entiende que pasear bien es un proceso de aprendizaje. Dale a tu perro la oportunidad de explorar con calma, de detenerse a oler y de adaptarse a su entorno. Refuerza con premios cuando te preste atención, y evita tirar de la correa o forzarlo.
Si tu perro tiene miedo o reacciona mal a ciertos estímulos (otros perros, coches, personas…), no lo ignores. Busca la ayuda de un profesional cuanto antes. Prevenir es más fácil que corregir un problema de conducta ya instaurado. Puedes echarle un ojo a mis asesorías individuales personalizadas.
5. Usar castigos en lugar de reforzar el buen comportamiento
Otro de los errores comunes es castigar al perro cuando hace algo que no queremos, como romper algo, ladrar o hacer sus necesidades en casa. Pero los castigos aversivos generan confusión, miedo o desconfianza.
✅ ¿Qué puedes hacer?
En lugar de decir “no” constantemente, céntrate en decirle qué sí puede hacer. Refuerza con voz amable, caricias o premios cuando haga algo bien: tumbarse tranquilo, esperar antes de cruzar, acudir a tu llamada… Si no quieres que haga algo refuerzo la conducta contraria y alternativa. Por ejemplo: Si no quieres que entre a la cocina, refuerza mucho el que permanezca fuera. Si no quieres que tire de la correa, refuerza el que te mire.
El refuerzo positivo no significa dejar que el perro haga lo que quiera. Significa enseñarle de forma clara qué comportamientos le traen consecuencias agradables. Es más efectivo, más justo y mucho más beneficioso para la relación que estáis construyendo.
¿Quieres saber mas sobre el refuerzo positivo? Revisa este articulo.
🐕🦺 Ser tutor/a primerizo/a es un reto… pero también una gran oportunidad
Es normal equivocarse. Nadie nace sabiendo, y convivir con un perro implica aprendizaje constante. Pero si estás leyendo esto, ya estás dando un paso importante: informarte, prepararte y querer hacerlo bien.
Tu perro no necesita perfección. Necesita una persona que le entienda, que le acompañe con paciencia y que se comprometa a aprender con él. Y si hay algo que te supera, no pasa nada por pedir ayuda.
Recuerda que en mi cuenta de Instagram tienes contenido de alto valor que seguro te ayudará
✅ ¿Quieres saber si estás realmente preparado para recibir a un perro en casa?
Haz ahora nuestro test gratuito y descubre en pocos minutos qué tipo de tutor o tutora eres y qué áreas puedes mejorar antes de dar el gran paso. Recibirás un regalo especial al acabar.