Mi perro se porta mal, ¿y ahora que hago?

Mi perro se porta mal ¿y ahora que hago? Tendré que buscar ayuda de algún profesional o puede que mi vecino que siempre a tenido perro pueda ayudarme.
¿De quién te fías para la educación de tu perro?
Hoy en día, encontrar información sobre el comportamiento de nuestros queridos perros es tan fácil como abrir el móvil o charlar con el vecino que «siempre ha tenido perros». Quizás algún amigo de tu cuadrilla perruna se ofrezca a darte un consejo o, incluso, pienses que la televisión tiene las respuestas.
Pero déjame decirte algo importante: ninguna de estas opciones es la adecuada.
Piensa en esto:
- Cuando tienes un dolor persistente, vas al médico, ¿verdad?
- Si tu coche no arranca, lo llevas al taller.
- Y cuando el móvil se estropea, no dudas en contactar con un técnico.
Entonces, ¿por qué, cuando tu perro presenta problemas de comportamiento, no recurres directamente a un educador canino profesional?
Lo que pasa cuando esperas demasiado
Como educadora canina, veo constantemente problemas de comportamiento que, si se detectan a tiempo, pueden solucionarse de forma rápida y efectiva. Pero, por alguna razón, los adiestradores solemos ser la última opción, ese recurso al que se recurre solo cuando todo lo demás ha fallado.
Y, con tristeza, también veo que hay dueños que, en lugar de buscar ayuda, simplemente optan por «deshacerse del problema». Este enfoque no solo es injusto para el perro, sino que agrava el problema: los comportamientos que ignoramos hoy se convierten en problemas mayores mañana. Igual que si no te lavas los dientes después de comer sabes que es mas fácil que desarrolles problemas de caries o cosas peores.
La experiencia de otros no es la solución
Seguro que en el parque donde paseas a tu perro hay personas con mil consejos. Pero, aunque bienintencionados, la mayoría de ellos se basan en su experiencia personal, un fenómeno que yo llamo «amimefuncionismo». Lo que funcionó para su perro no necesariamente funcionará para el tuyo.
Por ejemplo, un perro que ladra de forma excesiva puede hacerlo por miedo, excitación, frustración, o incluso porque ha aprendido que ladrar le da resultados. Cada caso es único, y tratarlo de forma generalizada puede empeorar las cosas.
Soluciones rápidas: un espejismo peligroso
¿Te han recomendado alguna vez collares de pinchos, eléctricos o de castigo? Déjame ser clara: no son la solución. Estas herramientas no enseñan; simplemente reprimen a través del dolor o el miedo. En España ya las han prohibido porque dañan tanto el cuerpo como el bienestar emocional de los perros. Si un profesional te recomienda alguna de estas herramientas es una señal clara de que debes salir corriendo de ahí.
Lo mismo aplica a esos programas de televisión que prometen resolver problemas en minutos. Sus técnicas, basadas en el miedo y la dominancia, solo consiguen que el perro deje de actuar por terror a su dueño, no porque el problema subyacente se haya solucionado.
La educación evoluciona
El mundo canino, al igual que otras disciplinas, está en constante evolución. Un buen profesional no solo aprende de su experiencia, sino que también sigue investigando, estudiando y adaptándose a los nuevos descubrimientos sobre el comportamiento animal. La clave está en la humildad y en un enfoque ético que priorice el bienestar del perro.
¿Qué puedes hacer?
Si quieres que tu perro sea feliz, equilibrado y que vuestra convivencia sea un placer, no confíes en atajos ni soluciones «milagrosas». Busca ayuda profesional, alguien que entienda las necesidades específicas de tu perro y que trabaje contigo para construir una relación basada en el respeto y la confianza.
Recuerda, cada perro es único y merece lo mejor. Y tú, como su tutor, tienes la oportunidad de marcar la diferencia en su vida.
¿Empezamos juntos este camino? 😊
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