BRENDA. La inspiración detrás de Canis Natura
En diciembre de 2017, nuestra familia creció con la llegada de Brenda, una perrita que, sin saberlo, cambiaría nuestras vidas para siempre. Brenda fue encontrada en los montes de Córdoba, perdida y acompañada de otro perro. No sabemos mucho de su pasado, pero su estado al ser rescatada lo decía todo: estaba delgada, su pelaje descuidado y sufría una lesión vieja en su pata que nunca fue bien tratada. Había sobrevivido a una vida difícil, y se notaba.
Aunque la adoptamos en diciembre, no pudimos ir a buscarla hasta enero. Fue un mes muy largo y lleno de expectativas, sabiendo que pronto tendríamos a Brenda con nosotros. Desde el primer día, notamos que era una perrita especial. En casa, pronto comenzó a sentirse segura y a confiar en nosotros, pero su relación con el mundo exterior era otra historia. En la calle, Brenda era un manojo de nervios: tenía miedo de todo. Perros, personas, coches… nada le daba seguridad. Nos costó un mes entero simplemente lograr dar la vuelta a la manzana.
Poco a poco, con paciencia y amor, fuimos construyendo una relación de confianza. Día a día la ayudábamos a superar sus miedos a objetos y personas, aunque con otros perros la situación era distinta. Pasó de temblar de miedo a reaccionar de manera exagerada, ladrándoles e intentando ahuyentarlos. Esta fue su forma de enfrentarse a lo que tanto le aterraba.
La verdadera mejora empezó cuando abrí mi guardería canina en Bilbao. Además de servir de modelo para el logotipo, Brenda, poco a poco, fue conociendo a una gran cantidad de perros, por lo que adquirió numerosas herramientas sociales. Nunca llegó a ser muy cercana con ninguno de ellos, pero aprendió a tolerarlos y a comunicar claramente donde estaban sus limites, y eso fue un gran avance. A través del tiempo, el trabajo constante y, sobre todo, respetando siempre su espacio y su ritmo, Brenda mostró que la clave de su progreso era no forzarla a interactuar con otros perros.
Lamentablemente, en abril de 2024, Brenda fue diagnosticada con hepatitis. Pasamos un mes entero entre visitas al veterinario y tratamientos. Hicimos todo lo posible, pero no fue suficiente, y el 16 de mayo de 2024, con tan solo siete años, Brenda nos dejó.
Perder a Brenda, mi niña, mi reina, mi sol, fue uno de los momentos más duros de mi vida. Los perros se convierten en parte de nuestra familia, y su partida deja un vacío que nunca se llena del todo. Ahora, en nuestro jardín, tenemos un árbol conmemorativo que guarda sus cenizas, un recordatorio constante de la huella que dejó en nuestras vidas.
Brenda siempre estará conmigo, y su historia vive en el corazón de Canis Natura. Ella es la razón por la que cada día me esfuerzo en ayudar a otros perros y sus familias a construir relaciones basadas en la confianza, el respeto y el entendimiento. Porque, al igual que Brenda, todos los perros merecen una segunda oportunidad para vivir en paz y seguridad.