5 Errores comunes al educar a tu primer perro
Adoptar a tu primer perro es como abrir la puerta a una aventura nueva. Hay ilusión, nervios, ganas de hacerlo todo bien… y también un montón de dudas. Lo normal. En ese torbellino de emociones es fácil cometer errores que, sin querer, pueden complicar la convivencia y hasta hacer sufrir a tu perro.
La buena noticia es que la mayoría de esos errores se pueden evitar si sabes cuáles son. Aquí te cuento los cinco más comunes, con ejemplos muy cotidianos, para que empieces con buen pie.
1. Forzar a tu perro antes de que esté preparado
Imagina que acabas de llegar a una fiesta y alguien te empuja a hablar con todo el mundo. Incómodo, ¿verdad? A los perros les pasa igual.
Uno de los errores más habituales es obligarlos a interactuar: que el perro se deje acariciar por toda la familia, que juegue cuando no quiere, que salga a la calle aunque tiemble de miedo o que se acerque a otros perros porque “tiene que socializar”.
La verdad es que no. Tu perro necesita espacio y tiempo para decidir. Cuando lo dejas ir a su ritmo, esas experiencias se convierten en algo positivo y no en un mal recuerdo.
2. Sobreproteger en lugar de socializar
El otro extremo es la sobreprotección. Muchas familias piensan: “mejor que no vea esto, que no escuche aquello, que no se acerque a esa persona… así lo cuido”.
Y es que, aunque la intención sea buena, el resultado es que el perro no aprende a desenvolverse en el mundo real. Un perro que no se expone a diferentes entornos, ruidos o personas acaba teniendo más inseguridades.
La socialización positiva, progresiva y a su ritmo, es como enseñarle poco a poco a montar en bici con ruedines: le das seguridad mientras descubre cosas nuevas.
3. Paseos con prisas y sin espacio
Los paseos son el momento estrella del día… o deberían serlo. Pero muchas veces nos entra la prisa: queremos que el perro camine, que haga kilómetros, que se canse para “estar tranquilo en casa”.
Lo que pasa es que los primeros paseos no son para eso. Son de exploración. Tu perro necesita oler cada esquina, observar el entorno, detenerse mil veces. No se trata de distancia, sino de confianza.
Forzarlo a avanzar es como llevar a un niño pequeño de la mano corriendo por un museo: se pierde lo importante. Cuando le das espacio y dejas que vaya despacio, esos paseos se convierten en auténticas clases de seguridad.
4. Usar castigos en lugar de reforzar lo que hace bien
Todavía se escucha aquello de “al perro hay que marcarle con firmeza” o “si no le riñes, no aprende”. Y, sinceramente, es un error enorme.
Los castigos —tirones de correa, gritos, “toques”— no enseñan nada útil. Lo único que consiguen es miedo y desconfianza. En cambio, reforzar las conductas correctas sí funciona: cuando premias que camine tranquilo o que se quede fuera de la cocina, le estás mostrando con claridad lo que quieres que repita.
Es como cuando alguien te sonríe al hacer algo bien: no hace falta mucho más para querer repetirlo.
5. No priorizar la educación desde el principio
Este quizá sea el error más común: pensar que “ya habrá tiempo de educarlo” o que “ya aprenderá solo”.
La realidad es otra. Desde el primer día, tu perro está aprendiendo constantemente: cómo entrar en casa, qué se hace en el paseo, qué pasa cuando ladra… Si no le das pautas claras desde el principio, aprenderá a su manera (y no siempre será lo que esperabas).
Lo ideal es empezar cuanto antes y, si lo necesitas, pedir ayuda profesional desde el principio. No es un fracaso, al contrario: es la forma más responsable de evitar que tu perro sufra y de que la convivencia se vuelva complicada.
En resumen
Tener un primer perro es un viaje precioso, lleno de descubrimientos, pero también de retos. Y, como en cualquier viaje, conviene evitar los baches más grandes: no forzar, no sobreproteger, dejar que los paseos sean pausados, reforzar lo bueno y educar desde el principio.
Así tu perro crecerá seguro, equilibrado y feliz. Y tú disfrutarás de lo mejor de tener a tu compañero de vida a tu lado.
¿QUIERES SABER SI ESTAS PREPARADA PARA TU PRIMER PERRO?
Haz ahora nuestro test gratuito y descubre en pocos minutos qué tipo de tutor o tutora eres y qué áreas puedes mejorar antes de dar el gran paso. Recibirás un regalo especial al acabar.

